Entrega de trabajo final

La fecha de entrega de su trabajo final es el lunes 5 de diciembre. Yo estaré en la zona exterior de la cafetería de la facultad (i.e. bajando las escaleras) entre las cinco y las seis de la tarde. Recuerden que su versión definitiva debe cumplir con los requisitos formales. Es necesario que anexen el esquema que aprobé. En caso de que al momento de la redacción hayan realizado cambios en su proyecto, elaboren un nuevo esquema en el que se reflejen tales modificaciones. Ese mismo día enviarán a mi cuenta de correo electrónico ambos archivos (texto y esquema).

Quienes no cuenten con sus participaciones en este blog, bitácoras o resúmenes, podrán acceder a la máxima calificación si por cada tarea no entregada añaden 300 palabras a su trabajo. El texto de quien no haya realizado ningún trabajo deberá, por ende, ser de 4900 palabras. A continuación, la lista de los demás estudiantes y el número de palabras adicionales si es que les interesa aspirar a que su ponderación sea sobre diez.

Kevin Aguilera +300
Magaly Alcántara +100
Estefanía Arenas +0 [Editado]
Rodrigo Cruz +1800
Ulises Dehesa +1800
Claudia Fuerte +900
Fernando García +1800
Fátima Lomelí +1200
Bárbara López +1500
Norma Manuel +1500
Leonardo Mendoza +1500
Valeria Molina +500
Anaid Mora +1000
Atzin Morales +900
Juan Ornelas +600
Mauricio Prado +300
Anayeli Santos +800
Ixchel Uribe +900
Eunice Zenteno +1500

El viernes 9 de diciembre nos veremos a las cuatro —no a las seis— de la tarde en el salón que nos corresponde (006) para que, por un lado, devuelva yo su escrito, revisen las observaciones y conozcan su calificación, y, por otro, realicemos un ejercicio de crítica del curso. Su presencia en esa ocasión es obligatoria.

Resumen: Marcuse, Desublimación represiva

H. Marcuse, «La conquista de la conciencia desgraciada: una desublimacion represiva» en El hombre unidimensional.
Resumen de Juana Atzin Morales

Los logros y fracasos de esta sociedad invalidan su alta cultura. La celebración de la personalidad autónoma, del humanismo, del amor trágico y romántico parecen ser el ideal de una etapa anterior del desarrollo.

La realidad sobrepasa su cultura. El hombre puede hacer hoy más que los héroes y semidioses de la cultura; ha resuelto muchos problemas insolubles, pero también ha traicionado la esperanza y destruido la verdad que se preservan en las sublimaciones de la alta cultura. Desde luego, la alta cultura estuvo siempre en contradicción con la realidad social, y sólo una minoría privilegiada gozaba de sus bienes y representaba sus ideales. Las dos esferas antagónicas de la sociedad han coexistido siempre; la alta cultura ha sido siempre acomodaticia, mientras que la realidad se veía raramente perturbada por sus ideales y verdades.

Si las comunicaciones de masas reúnen armoniosamente y a menudo inadvertientemente el arte, la política, la religión y la filosofía con los anuncios comerciales, al hacerlo conducen estos aspectos de la cultura a su común denominador: la forma de mercancía.
La música del espíritu es también la música del vendedor.

Esta asimilación de lo ideal con la realidad prueba hasta qué punto ha sido sobrepasado el ideal: ha sido rebajado desde el sublimado campo del alma, el espíritu o el hombre interior, hasta los problemas y términos operacionales. Estos son los elementos progresivos de la cultura de masas. La perversión señala el hecho de que la sociedad industrial avanzada se enfrenta a la posibilidad de una materialización de los ideales. En esta transformación, pierde gran parte de su verdad.

Las imágenes tradicionales de la alienación artística son en verdad románticas, en tanto que están en incompatibilidad estética con la sociedad en desarrollo y esta incompatibilidad es la clave de su verdad. Las obras alienadas y alienantes de la cultura intelectual se hacen bienes y servicios familiares. La verdad de la literatura y el arte ha sido aceptada siempre como la de un orden más alto que no debería perturbar el orden de los negocios y en  realidad no lo hacáa. El poder absorbente de la sociedad vacía la dimensión artística, asimilando sus contenidos antagonistas.

25.11 Marcuse. Desenajenación de la alta cultura

Bitácora de la sesión del día 25 de noviembre de 2011
Por Juana Atzin Morales

En la sesión del día 25 de noviembre se analizó el apartado 3 de El hombre unidimensional de H. Marcuse: «La conquista de la conciencia desgraciada: una desublimacion represiva». Y para desarrollar este tema se tomó primero la perspectiva de Walter Benjamin, después la de Umberto Eco y por último la del propio Marcuse.

Walter Benjamin postula que la historia del arte nace cuando es posible reproducir técnicamente las obras de arte pero la consecuencia de esta reproducción es que el aura (carácter que lo vuelve único hacia otra pieza) se difumina, ya que no es lo mismo ver una obra de arte original que ver una copia.
Walter Benjamin (1892-1940)

Cambia la pieza original, pierde su patina, el sentido histórico, el sentimiento místico. Lo que predomina en la obras anteriores a la reproducibilidad técnica es el valor de culto; sin embargo, la obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica lo que adquiere valor no es el culto, sino la exhibición.

Esto que nos postula Benjamín va a ser una crítica a la reproducibilidad técnica per se. Es decir, antes de que fuera reproducible, el arte solo era accesible para un cierto tipo de personas. Y cuando este arte adquiere el valor de exhibición se hace una transformación de una alta cultura exclusiva de las élites, a una cultura democrática o de masas.

Esto va a generar una animadversión porque a estos hombres de élite les molestó que estas altas manifestaciones se relacionaran con las masas. Para Eco, este tipo de personas eran llamados apocalípticos, y también existe el polo opuesto que son los integrados, quienes exaltan la cultura contemporánea y muestran las ventajas que tenía el acceso del arte a las masas.

Estas dos posturas comparten la misma incomprensión de los medios (masivos) de comunicación. Según Eco, ninguno de los dos tienen razón, ya que ambos se van a los extremos y hay que tratar de buscar el punto medio. Está bien que las masas tengan acceso a la cultura, ya que esto significa un gran avance, pero tenemos que someter a crítica aquello a lo que estamos teniendo acceso.

El problema para Eco es el de los contenidos pero esta apreciación es errónea. Marcuse nos dice que el acceso a la educación para todos es un gran avance; sin embargo, hay que tener claro que en otro sentido es un retroceso porque el acceso a cualquier tipo de manifestación artística lo que nos muestra, es que el arte es para nuestra época una simple mercancía.

El arte en algún momento tuvo la función de oponerse al sistema y ahora ha perdido esa función porque está integrado en la maquinaria capitalista. ¿Qué va a implicar esta mercantilización del arte? Antes el arte era una negación de las circunstancias. Ahora es una confirmación del estado de las cosas.

El artista previo al capitalismo estaba enajenado, mediatizado del arte, por una parte de lo real y por otra de la realidad ficcional: esto en términos freudianos se llama sublimación. En esta sublimación van a ser transferibles las pulsiones sexuales que estaban reprimidas a los productos espirituales. Es decir, si vivimos en una sociedad reprimida, lo que hacemos para desahogarnos es sublimar en el arte esas manifestaciones que no se pueden decir directamente. En la desublimacion, el arte termina siendo es inofensivo y este ya no sirve para nada.

Resumen: Marcuse. Nuevas formas de control

Herbert Marcuse, «1. Las nuevas formas de control político» y «2. El cierre del universo político» en El hombre unidimensional.
Resumen de Bárbara López Mondragón

Las nuevas formas de control

La sociedad industrial avanzada (aparentemente) se encuentra en un estado de razonable libertad y comodidad gracias al progreso tecnológico. Ya el tiempo ha pasado desde las etapas tempranas de la sociedad industrial. Los derechos y libertades que fueron factores vitales en sus orígenes están perdiendo su racionalidad. Las sociedades actuales parecen satisfacer cada día más las necesidades básicas del individuo, no dejando ya lugar a críticas o disconformidad con el sistema, provocando que estas críticas sean inútiles o disminuidas a promoción y debate de políticas alternativas dentro de lo ya determinado.

Es cierto que en lo que concierne a necesidades básicas de vida no parece haber un motivo para diferir con este sistema. La libertad para trabajar o para morir de hambre significa fatiga inseguridad y temor. El proceso tecnológico de mecanización y normalización podrían canalizar la energía individual hacia la libertad mas allá de la necesidad y dejar de lado estos temores. El individuo tendría libertad para ejercer la autonomía sobre una vida que sería la suya propia. El aparato productivo podría dirigirse hacia la satisfacción de las necesidades vitales y tal control centralizado haría posible la autonomía individual. Este es el verdadero fin de la racionalidad tecnológica. Sin embargo, el que en realidad opera es el rumbo contrario: el aparato impone sus exigencias económicas y políticas para la expansión del tiempo de trabajo sobre la cultura material e intelectual en el tiempo libre. Es así como la sociedad industrial actual tiende a ser totalitaria. En una forma técnico-económica no terrorista opera en función de la manipulación de las necesidades por intereses creados.

El poder político de las sociedades industriales de nuestra era se afirma por medio del poder sobre el proceso mecánico y organización técnica del sistema. La civilización industrial sólo puede mantenerse con el poder industrial del que dispone por sobre intereses individuales o colectivos. La máquina impone al individuo un gran poder físico, haciendo así que el individuo sea considerado inferior a la máquina. No se ve entonces que la máquina es en verdad el poder del hombre almacenado y proyectado.

Esta nueva visión del mundo del trabajo como una mśquina, se transforma en la base potencial de una nueva libertad para el hombre que va de la mano con las nuevas capacidades de la sociedad. Las necesidades precondicionadas no biológicas van con lo que las instituciones e intereses predominantes consideren o no deseable. Escoger entre una variedad de bienes y servicios no es libertad si estos sostiene controles sociales sobre una vida de temor, es decir están alienados. Se distingue entre necesidades verdaderas y falsas:
  • Falsas: son impuestas por intereses sociales particulares y proporcionan una falsa idea de felicidad. El desarrollo de estas necesidades del individuo está sometido a un poder extraño que le impide el libre desarrollo de su naturaleza.
  • Verdaderas: son las únicas que inequívocamente pueden demandar su satisfacción, son las vitales como habitación, comida y vestido. 
Aunque el hombre es el único que puede decidir entre sus necesidades, no lo puede hacer si se encuentra manipulado. La reproducción espontánea de los individuos de los preceptos sociales o necesidades impuestas prueba la eficacia de los controles, no la autonomía.

El mecanismo que une al individuo a su sociedad ha cambiado y el control social se ha introducido en la nuevas necesidades. La pérdida de la dimensión en que reside el poder crítico de la razón se ha esfumado gracias a los preceptos sociales que omiten lo que no es un hecho, a la identificación inmediata con estos preceptos. Las necesidades falsas se han transformado en verdaderas a consecuencia de la producción de dichas condiciones de vida que se vuelven ilusoriamente favorables para el individuo.

El cierre del universo político

La sociedad combina en una unión productiva elementos del Estado de bienestar y el Estado de guerra. Las tendencias principales son la concentración de la economía nacional en las necesidades de las grandes empresas, hoy en día podemos ver grupos de sindicatos formando juntos grupos de presión. La reducción gradual de controles políticos directos prueba la confianza cada vez mayor en la efectividad de los controles tecnológicos como instrumentos de dominación. Las luchas de clases se atenúan y las contradicciones imperialistas se detienen ante la amenaza exterior. La sociedad capitalista se fortalece  con estas luchas. La movilización contra el enemigo actúa como un poderoso estímulo de producción.

La transición del capitalismo al socialismo es vista por el marxismo como una revolución política. Se destruye el aparato político pero el tecnológico permanece. Claro, en un estado distinto, con nuevas cualidades. La teoría marxista lo explica así:

a) El desarrollo tecnológico está sujeto a las leyes económicas de cada organización social. Con la revolución, la tecnología permanece subordinada a las leyes económicas de la nueva formación económica.

b) La tecnología no se desarrolla a saltos, sino mediante una acumulación gradual de elementos de la nueva cualidad mientras que los de la antigua desaparecen.

En el capitalismo avanzado, la racionalidad técnica se encierra irracionalmente en el aparato productivo. Tanto el objeto como el sujeto se constituyen instrumentos de una totalidad que tiene su razón en las realizaciones de su productividad. La aspiración a una vida más confortable es lo que mantiene este sistema, aunque no le es permitido al individuo tener aspiraciones mayores a las que se imponen por el aparato. El individuo no puede imaginar un universo de acción y pensamiento cualitativamente mejor gracias a la ilusión de la aparente confortabilidad material. Las clases trabajadoras de zonas avanzadas están en contra de una transformación por los siguientes motivos:

Mecanización: el desgaste físico del trabajador es mucho menos evidente, evitando que el trabajador alcance a ver su importancia para la construcción del producto. Si bien ya no es en el plano físico tan visible, el desgaste es mucho mayor en la tensión y el esfuerzo mental.

La automatización:  parece alterar cualitativamente la relación entre el trabajo muerto y el vivo; tiende hacia el punto en el que la productividad es determinada. El trabajador no se da cuenta de que de hecho él le da la plusvalía al producto, ya que la máquina sólo transfiere su propio valor.

Los cambios en el carácter del trabajo transforman la conciencia del trabajador sobre él mismo y su trabajo.

El trabajador promueve su propia explotación. El aspecto negativo hacia el trabajo se va difuminando. Una especie de velo tecnológico oculta la reproducción de la desigualdad y la esclavitud.

Resumen: Marcuse, Nuevas formas de control

Herbert Marcuse, «1. Las nuevas formas de control político» y «2. El cierre del universo político» en El hombre unidimensional.
Resumen de Anayeli Santos Tapia

Las nuevas formas de control

Los derechos y libertades  están perdiendo su racionalidad y su contenido tradicional. La sociedad priva a la independencia del pensamiento, a la autonomía y al derecho de oposición política; en la libertad para trabajar o para morir de hambre el hombre se ve obligado a probarse a sí mismo en el mercado, por lo que desaparece esta clase de libertad. Si el aparato productivo se pudiera organizar y dirigir hacia la satisfacción de las necesidades vitales, no impediría la autonomía individual y la haría posible.

La tecnología impone sus exigencias económicas y políticas para expansión y defensa sobe el tiempo de trabajo y sobre el tiempo libre sobre la cultura material e intelectual.

La manipulación de las necesidades es por intereses creados.
El poder de la máquina equivale al poder del hombre almacenado  y proyectado. Las necesidades humanas son necesidades históricas, estás sujetas  a pautas; existen necesidades falsas y verdaderas.

Necesidades falsas. Intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión, necesidades que perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. El individuo no tiene ningún control, el desarrollo y satisfacción de estas necesidades es  heterónomo.

Necesidades verdaderas. Necesidades vitales: alimento, vestido, alimentación y habitación. La satisfacción de estas necesidades es requisito para la realización  de todas las necesidades.

La libertad es un poderoso instrumento de manipulación. Los medios de comunicación son instrumentos de información y diversión; y al mismo tiempo son medios de manipulación y adoctrinamiento.

La progresiva mitigación del trabajo y la miseria son normas universalmente válidas, sobre las cuales las necesidades verdaderas o falsas solo pueden ser satisfechas por los mismos individuos.

Los que hacen la política y sus proveedores de información de masas promueven  el pensamiento unidimensional.

La sociedad avanzada convierte el progreso científico y técnico  en un instrumento de dominación. Áreas avanzadas de la sociedad industrial muestran el elemento irracional de su racionalidad; prejuzgan las posibilidades de la razón y de la  libertad.

La dominación disfrazada de opulencia  y libertad se extiende a todas las esferas de la existencia pública  o privada. La racionalidad tecnológica crea un universo totalitario en el que sociedad y naturaleza, espíritu y cuerpo se mantienen en un estado  de  permanente movilización para la defensa de este universo.

Cierre del universo político

Principales factores de transformación:

1. Mecanización; Reduce la cantidad e intensidad de energía física  gastada  en el trabajo y provocando la tensión y el esfuerzo mental. La alienación residía en el hombre como manipulador de herramientas; el trabajo en el capitalismo avanzado modifica el status y la actitud de los explotados.

2. Estratificación ocupacional. La productividad es determinada por la máquina y no por el rendimiento individual. Cuando un trabajo puede ser medido, se puede atar a un hombre a su trabajo.

3. El cambio en el carácter del trabajo y los instrumentos de producción modifica la actitud y la conciencia del trabajador.

4. Trabajo tecnológico es el debilitamiento de la clase trabajadora. En el estadio actual del capitalismo avanzado, el trabajo organizado se opone al progreso técnico, a la utilización más eficaz del capital.

La sociedad debe crear primero los requisitos materiales de la libertad para todos sus miembros, antes de poder ser una sociedad libre. Las perspectivas del contenido del cambio, ofrecidas por las políticas de racionalidad tecnológica dependerán de las perspectivas del estado de bienestar. La sociedad industrial avanzada es un sistema de poderes compensatorios.

23.11 Marcuse. Enajenados a gusto

Bitácora de  la sesión  del 23 de noviembre
Por Anayeli Santos Tapia

El tema principal a tratar en clase fue el plantearnos la pregunta de por qué el hombre sigue planteando una revolución; una transformación de condiciones materiales y no hay inicios de nada. O mejor aún: ¿por qué naturalizamos la enajenación?

Para poder respuesta a las preguntas anteriores es necesario mencionar que la mecanización ha llevado a que el hombre ya no se queje de sus condiciones de trabajo, pues los avances tecnológicos que rodean al obrero han llevado a que se reduzca el desgaste físico. En las fábricas contemporáneas, ya no se da el desgaste físico como se daba en el siglo XIX.

Marcuse identifica cuatro factores para que la enajenación se haga menos evidente, factores que conllevan a que se naturalice la enajenación:

1. Desgaste físico: A través de la mecanización y automatización el obrero se sentirá menos explotado, pues la mecanización disminuye el desgaste físico.

2. Automatización: El trabajador no ve la relación de su trabajo con el producto final, es decir, se sigue un proceso muy largo para poder obtener una mercancía, en donde intervienen tanta maquinaria para poder obtener el producto final (mercancía). El trabajador piensa así que no se merece un salario “alto” por el poco trabajo e intervención que cree desempeñar. El obrero ve al capitalista como un ser bondadoso “gracias al cual tiene un trabajo”.

3. Intervención del trabajador en los negocios de la fabrica: El trabajador se interesa en la buena marcha de los negocios de la fábrica, pues la empresa hace creer al trabajador que es una parte indispensable de ella y necesario.

Es decir, el obrero del siglo XIX, no tenía alguna preferencia por la fábrica que lo explotara; sin embargo, en la actualidad el obrero hace contratos definidos, pelea plazas y todo con la finalidad de permanecer en la fábrica que lo explota. Existe una gran preferencia por permanecer dentro de dicha fábrica. En otras palabras el obrero “se identifica” con la empresa.

No obstante, el capital no ha cambiado sigue siendo el mismo, pues lo único que se ha modificado es la manera de la dominación del hombre por el hombre, pero no la opresión misma.

4. Consecuencias de desgaste físico, automatización e intervención del trabajador: Las condiciones tecnológicas actuales han llevado a que la clase trabajadora ya no esté en contradicción con el sistema capitalista. Todo lo que está en la fábrica se racionaliza. La racionalización nos hace creer que el sistema capitalista es “racional” pero no lo es, ya que está generando una explotación del hombre por el hombre.

En conclusión, es necesario mencionar que la enajenación, poco a poco, se va “naturalizando”, pues por medio de los avances tecnológicos se encubre la explotación que existe y se ve al capitalista como un ser bondadoso. Como consecuencia, el trabajador se empieza a “identificar” con la empresa.

El modelo de producción se sustenta en explotar a alguien: en la actualidad el migrante no puede tener una conciencia de clase, por que no puede constituirse como clase, pues está en la “ilegalidad”.