26.10 Marx. El fetichismo de la mercancía

Bitácora de la sesión del 26 de octubre de 2011
Por Magaly Alcántara

El análisis y la dinámica de la clase del 26 de octubre estaría dada en función a los siguientes puntos:
  1. Establecer los aspectos, condiciones y características de nuestros trabajos finales
  2. Analizar y descubrir el carácter fetichista de la mercancía
  3. Explicar el proceso de la transformación del dinero en capital
Pero antes de abordar el primer punto, llega a nosotros la imprescindible pregunta de cada clase: “¿Existen preguntas sobre el texto?” La primera pregunta sería con respecto a la forma directa de la circulación mercantil (M-D-M), dada en el contexto de la formula general del capital que plantea Marx en el Capítulo IV respecto a la transformación del dinero en capital. Acerca de esto, el profesor dio una breve explicación y señaló que durante la clase iríamos desarrollando de forma detallada este aspecto para observar que bajo esta forma no sería posible crear el plusvalor.

Terminando esta ronda de preguntas pasamos al primer punto de la clase, donde el profesor nos mencionaría que todos nuestros ensayos se dirigirían en torno a la siguiente pregunta: ¿por qué el hombre debe superar la enajenación? Como requisito previo, tendremos que entregar un esquema sobre nuestro ensayo final. Una vez aclarado cómo tendríamos que estructurar nuestros ensayos y esquemas proseguimos con los siguientes dos puntos.

Para el análisis de la mercancía como fetiche, el profesor empezó planteándonos que tenemos una visión superficial respecto a las mercancías, pues las vemos y abordamos en función al uso que les damos. El objeto supera su calidad de mercancía cuando se convierte en un valor de uso, pero esta mercancía tiene más elementos. Dentro de nuestra primera impresión solo podemos percibir este valor de uso que es lo más inmediato y evidente a nuestros sentidos. Pero lo que no notamos es que este valor sólo puede darse como consecuencia de un trabajo humano. Estos objetos tienen un valor que está dado en la cantidad de trabajo intercambiable.  Un valor de cambio tendrá sentido en cuanto sea un trabajo abstracto y en esta medida podrá comparar dos objetos. La mercancía es producto de un trabajo. La problemática que surge al tomar la mercancía como valor de uso es que sólo se ve el trabajo concreto y no está en evidencia el trabajo abstracto; este tipo de trabajo servirá para la correspondencia con otra mercancía y hacer un intercambio con ella.

Este intercambio no es de tipo «físico» sino que es dado en cuanto a valor de trabajo y por lo tanto el intercambio entre objetos es de orden social. Mediante este análisis, Marx hace ver que las mercancías son producto de las relaciones sociales; y su valor se asigna en relación a su trabajo abstracto y no al trabajo concreto que es lo que le asigna su valor de uso. El fetichismo de la mercancía radica en creer que un objeto se asigna su propio valor por su valor de uso, desfasado del trabajo humano, y no por una relación social que es lo que en realidad sucede.

Para finalizar este segundo punto, el profesor retomó el dicho de  Marx, quien menciona que la religión, como producto de la enajenación, será superada cuando exista un control planificado de la producción, donde se dé una verdadera humanización de las mercancías (en una sociedad socialista).

El tercer punto de la clase fue expresado rápida y brevemente porque la sesión estaba próxima a terminar. Abordando la cuestión de la conversión del capital en dinero, primeramente se mencionó que, para cambiar una mercancía por otra mercancía, estas deben ser intercambiadas en dinero  ya que el dinero funge como un equivalente general. Con el fin de obtener a través de un primer valor de uso un segundo valor de uso, cuando se hace esto se reduce al mínimo el intercambio porque se equiparan los dos valores de uso. Se da así el fin del intercambio y la circulación que es conseguir un valor de uso.

     M-D = Venta
     D-M = Compra

En el sistema capitalista la fórmula especifica del capital es  D-M-D si se elimina M de la fórmula nos quedará D-D. El secreto radica en que la mercancía que se compró para crear el valor es la fuerza de trabajo. Esta fuerza de trabajo se compra por tiempo. Por la misma acción que la fuerza de trabajo imprime valor a este objeto se cubre más de la totalidad de lo que se pagó por esta mercancía, es decir, que la fuerza de trabajo crea más valor del que se está pagando, este trabajo no pagado es el plusvalor.

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