30.09 Marx y Engels. Desnaturalizar la opresión

Bitácora de la sesión del 30 de septiembre de 2011
Por Fátima Lomelí

La clase del día viernes 30 de septiembre, como es costumbre, comenzó con los cuestionamientos que teníamos acerca de la lectura designada para esta sesión. Se dio paso al planteamiento del profesor, cuyos puntos fueron 4:
  • Puntualizar diversas notas sobre la división del trabajo
  • La formación de la ideología
  • La formación de la conciencia
  • La desnaturalización de la opresión
Se retomó la diferenciación entre el hombre y los animales. El ser humano puede crear sus propios medios de producción, es decir, sus propias herramientas con las que facilita el trabajo. Con estas creaciones y  el hombre organizado en grupos, nace la división del trabajo.
La división del trabajo no es algo dado por la naturaleza, es completamente humano. El hombre es el que toma la decisión de cómo organizarse para realizar las actividades necesarias para su subsistencia.

Dentro de la división del trabajo, encontramos una contradicción inmediata: lo físico y lo intelectual. Esta diferenciación de actividades trae consigo notables desigualdades. Podemos hacerlo más explícito si hablamos de la separación campo–ciudad.

La creación de las grandes instituciones dentro de una sociedad, no son más que el medio de justificación para los que poseen el poder; esto conlleva la naturalización de las relaciones sociales, es decir, que las condiciones bajo las que se encuentran deben ser así y es la forma más adecuada. Se dio el ejemplo de la monarquía. Si este modo de producción existió fue de debido a que era la forma de organización viable para ese momento histórico.

Se citó una frase de Marx y Engels: “Las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante”. Aquí tenemos la clave de la formación de la ideología dentro de los movimientos sociales. Los intereses de clase, aunados a la exaltación de la “libertad”, han sido los factores de mayor importancia bajo los que se han cambiado los modos de producción. De este planteamiento surgió una interrogante: ¿Cómo sobreponer mis intereses  a los de la clase dominante y al sector que no posee nada? El medio para la resolución de este cuestionamiento es la generalización de los intereses, es decir, todos tenemos el mismo fin. Se tomó como ejemplo la burguesía de la revolución francesa.

Dicho planteamiento nos llevó a uno de los puntos centrales de nuestro curso, la enajenación. Cuyo concepto fue: la distancia que existe entre el interés que defiendo, que no es mío y mi propio interés.

Por otra parte abordamos la cuestión de la creación de la conciencia. El reflejo de la sociedad está dado por lo intelectual, es decir, por la clase dominante. La ideología, y por tanto la conciencia, están dictados por los que poseen el poder.

Se exaltó el punto central del materialismo histórico, esto es, que el motor a lo largo de toda la historia no ha sido otro que la lucha de clases y la renovación de los modos de producción.
 
[Aquí me he permitido agregar una cita del apartado A de la lectura: “No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida es la que determina la conciencia”.  Sólo se puede ser consciente cuando haya una verdadera reflexión acerca de la situación bajo la que se vive, por lo que debemos tener claridad de pensamiento y así salir del estado de enajenación para poder revolucionar las condiciones bajo las que nos encontramos. Nota de Fátima Lomelí]
Llegamos a la conclusión de que, para llegar a la revolución, es indiscutible el cambio en el modo de producción, pero no por el camino que  plantea Hegel, sino por la superación de las clases sociales.

Para ello, debemos llegar a desnaturalizar la opresión, es decir, darnos cuenta que no ha sido siempre así y que puede por ende ser cambiado. Para Marx y Engels, no basta el hecho de tener conciencia de esto, sino a partir de ello llegar a la praxis. Por último, y sin llegar a una respuesta, se planteó la siguiente pregunta: ¿Para superar la enajenación basta con cambiar el orden externo?

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