05.10 Marx. Trabajo enajenado

Bitácora de la sesión del 5 de octubre de 2011
Por Marisol Jiménez

Los puntos a tratar en esta sesión fueron los siguientes:

1.- ¿Cómo entender  el trabajo enajenado?
2.- ¿Qué significa el trabajo como algo extraño?
3.-El trabajo enajenado como impedimento para la realización del ser humano
* Objetivación del trabajo
* Trabajador como siervo

El trabajo, en un primer momento, podemos entenderlo como la acción sobre la naturaleza para producir satisfactores de la necesidad por el hombre.

Históricamente, el hombre ha organizado el trabajo a través de la división del trabajo, lo que resulta en un producto/ mercancía, donde se lleva a cabo la objetivación del trabajo de alguien (un hombre). Esta objetivación del trabajo genera la enajenación, al dividirla primeramente en trabajo físico e intelectual, campo/ciudad, hombre/mujer.

Al producir una mercancía que satisface una necesidad, el trabajador no satisface la necesidad para sí, sino satisface la necesidad de otra persona y esto lo lleva a que tome distancia de lo que él mismo ha producido. En algún momento histórico existía una relación entre quien produce y quien va a consumir el objeto, pero esta división se ha complejizado y ha hecho la brecha aún más grande hasta que el trabajador ya no tienen contacto sobre el producto.

Al no poseer los medios de producción, el trabajador sólo cuenta con su fuerza de trabajo, es decir, sólo cuenta consigo mismo para obtener un salario y los medios de producción le pertenecen a otra persona, por lo que se vende a sí mismo, ya que depende de ella y no de su creatividad, ni de su voluntad e inteligencia para vivir generando una mayor enajenación al no poder decidir sobre su propia existencia.
El trabajo, que es la forma propiamente humana de habitar el mundo, se vuelve un poder en contra del mismo obrero, y el trabajador le va dando mayor fuerza a algo extraño que no sólo es el producto, sino a su trabajo mismo y al poder del capitalista sobre él.

Ya que el trabajo que se realiza está en función de otro, el trabajo no es el que define al que lo produce (obrero) y al mismo tiempo no es suyo: el producto se encuentra por encima del mismo trabajador, quien es parte constitutiva del objeto producto y no al revés, ya que incluso es llamado “mano de obra”.

Existen varias formas de enajenación:

  • Por una parte está la del producto, que es la relación entre el obrero y el objeto, en donde este último es un poder sobre el trabajador y al mismo tiempo es algo ajeno a él; es un esfuerzo que él no va a ver nunca reflejado en sí mismo.
  • Por otra parte está el acto vivo de la enajenación que es el momento de la producción. Cuando el obrero produce, se vende así mismo y vende su vida, su tiempo, su trabajo, su ser genérico, su capacidad intelectual por un salario.

El trabajo enajenado es in-humano, no es que deje de ser humano sino que constituye la negación de la humanidad e impide su realización. El hombre como parte de la naturaleza necesita des-enajenarse de la primera forma de enajenación que esta misma produce, es decir, llegar a dominarla para crear a través del trabajo. El hombre como ser genérico se preocupa por su universalidad —que es la humanidad misma— o sea todos los hombres están representando a la humanidad y por tanto cada uno de ellos deberá alcanzar la libertad, la belleza y el desarrollo intelectual: el trabajo —como forma de reconocerse en el mundo y volver el mundo un lugar humano— sin estar uno por encima del otro, como sucede en el trabajo enajenado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario