Resumen: Marx, Manuscritos «La necesidad» y «El dinero»

Karl Marx, «Necesidad, producción y división del trabajo» y «El dinero» en Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Buenos Aires, Colihue, pp.156-184.
Resumen de Anayeli Santos

Necesidad, producción y división del trabajo

Cada hombre especula con crearle al otro una nueva necesidad para obligarlo a convertirse en una nueva víctima, para ponerlo en una  dependencia y para   y para inducirlo a una nueva manera de goce y, así, de ruina económica. Cada uno intenta crear una capacidad esencial ajena al otro, para encontrar en esto la satisfacción de su propia necesidad egoísta. Junto con la masa de los objetos, crece el reino de los seres ajenos, a los cuales el hombre está sometido, y cada nuevo producto es una nueva potencia de engaño y del saqueo recíprocos.

La necesidad crece según aumenta el poder del dinero. La simplicidad de la máquina y del tipo de trabajo   convierte al hombre en un ser totalmente rudimentario, como    un niño desamparado. La máquina se acomoda a la debilidad del hombre, para convertir al hombre débil en una máquina.

La alienación aparece tanto en el hecho de que el medio de vida es el de otro, de que mi deseo es la posesión inaccesible de otro, como el hecho de que cada cosa misma es otra y no ella misma, de que mi actividad es de otro.

La propensión al intercambio da origen a la división del trabajo. El crecimiento de esa división está  siempre limitado por la extensión del mercado. Adam Smith afirma que la acumulación de capitales asciende con la división del trabajo, y viceversa; la división de trabajo, le da al hombre la capacidad de producción infinita.

Para la división del trabajo y la distribución de las capacidades del hombre y de las máquinas, es necesaria una gran cantidad de casos, operar a gran escala, producir las riquezas en grandes masas.

La condición necesaria del intercambio es la propiedad privada. La riqueza, la producción, se explica por medio de la división del trabajo y del intercambio. La división del trabajo está limitada por el mercado.

El dinero

El dinero posee la propiedad de comprar todo. En tanto que posee la propiedad de apropiarse de todos los objetos, es, en consecuencia, el objeto en sentido eminente. La universalidad de su propiedad es la omnipotencia de su ser; por eso vale como ser todopoderoso.

Para Shakespeare, el dinero es la puta común de todo genero que siembra la disensión entre la multitud de las naciones y sabe hablar todas las lenguas. El dinero deviene, de ese modo, dios visible y puta universal. La diferencia entre la demanda efectiva, basada en el dinero y la no efectiva, basada en mi necesidad, es la diferencia entre ser y pensar , entre la representación existente en mí y la representación como objeto real, que existe para mí, fuera de mí.

El dinero es medio y capacidad para convertir la representación en realidad y la realidad en la mera representación:  transforma tanto las efectivas capacidades esenciales, humanas y naturales en representaciones abstractas e imperfectas, que existen solo en la imaginación del individuo, en capacidades esenciales y facultades efectivas.

El dinero, pues, aparece como ese poder que todo lo invierte, frente al individuo y frente a los lazos sociales, que se afirman para sí como esencia. El dinero confunde   y mezcla todas las cosas.

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