Resumen: Marx, El capital, I, apartados 3B, 3C,3 D y 4

Karl Marx, El capital, Tomo I, Capítulo I «La mercancía», apartados 3B, 3C, 3D y 4
Resumen de Estefanía Arenas

B. Forma-valor total o desarrollada

La ecuación representativa de esta forma es la siguiente:

z mercancía A=u mercancía B, o bien= u mercancía C, o bien= x mercancía E, etcétera.

20 metros de tela=1 traje, o bien =10 libras de té, o bien= 40 libras de café, o bien= 2 onzas de oro, o bien= ½ tonelada de hierro etcétera

1.- La forma desarrollada del valor relativo

El valor de una mercancía (en este caso la tela) representa el valor relativo de las demás, pues tienen la misma cantidad de trabajo contenido en ellas. La relación social existente entre las mercancías está dada, pues, por el valor relativo. Además, tenemos que al intercambiar una mercancía por otra, el intercambio no determina la cantidad de valor de una mercancía, sino que el valor de cualquiera de las mercancías es el que regula los intercambios.

2.- La forma equivalente particular

Cada mercancía de las antes mencionadas (el traje, el té, el café, etc.) funciona como equivalente de la primera mercancía mencionada, es decir, la tela.

3.- Defectos de la forma valor total o desarrollada

Al tener un valor relativo (la tela) se puede decir que dicho valor está incompleto, pues las mercancías que son equivalentes a él se pueden extender hasta un número infinito, es decir, cada mercancía equivalente encierra en ella una forma particular, esto es, un trabajo humano incompleto. 
Por otra parte, al ser la tela el valor relativo, puede intercambiarse por una serie de mercancías y el inconveniente está en que el valor de dichas mercancías sólo puede hallarse a partir, en este caso, de los 20 metros de tela.

C. Forma-valor general

Se tiene la siguiente ecuación:

                                    1 traje
                                    10 libras de té
                                    40 libras de café                             =        20 metros de tela
                                    2 onzas de oro
                                    ½ tonelada de hierro, etc.

1.- Cambio de carácter de la forma-valor

La forma de valor de cada mercancía es ahora distinta, tanto de su valor de uso como de los valores de las demás mercancías. Esta forma ya relaciona las mercancías entre sí como valores, al darse una visión clara de sus valores de cambio, es decir, cada mercancía tiene una forma-valor independiente de las demás, pero sólo puede presentarse en mercancías que se hallan en conjunto.

Así, cada mercancía encuentra en otra mercancía su equivalente (en este caso, la tela representa el equivalente general a todas), así, esto representa también la relación social existente entre las mercancías; la forma-valor de cada una de ellas debe estar en función de una forma socialmente válida que está representada en el equivalente universal, es decir, el dinero.

2.- Relación de desarrollo de la forma-valor relativa y de la forma equivalente.

Una mercancía específica (la tela, por ejemplo) adquiere la forma de equivalente general porque todas las otras hacen de ella la materia de su forma general del valor relativo. En el ejemplo dado por el autor, la tela puede ser intercambiada por cualquiera de las demás mercancías ya mencionadas en la ecuación debido a que estas no representan la misma función equivalente de la tela, es decir, se encuentran excluidas de dicho equivalente.

3.- Transición de la forma-valor general a la forma-dinero

Al ser cierta mercancía el equivalente general, puede corresponder a cualquier mercancía. Este equivalente, al identificarse en la sociedad, se convierte en la mercancía-dinero o funciona como dinero. Su importancia radica en que desempeña el papel de equivalente universal en el mundo de las mercancías.

D. Forma-dinero

Tenemos aquí clara de la función del dinero, como observamos en esta ecuación:
                                                         
                                    20 metros de tela
                                    1 traje
                                    10 libras de té
                                    40 libras de café                                =         2 onzas de oro
                                    ½ tonelada de hierro
                                     x mercancía A
                                     etc.

Entonces, al requerir de un equivalente universal se toma el oro como la mercancía que posee la forma-dinero. El dinero, pues, sirve para adquirir las demás mercancías. Así, cada mercancía adquiere una forma-precio, por ejemplo:

1 traje= 2 onzas de oro

En suma, la forma simple de la mercancía es, entonces, el germen de la forma-dinero.

IV. Carácter fetichista de la mercancía y su secreto

Como sabemos, toda cosa fabricada tiene un valor de uso, esto es, que satisface alguna o varias necesidades humanas y que son un producto del trabajo del hombre el cual funciona de manera social (el hombre trabaja para los otros) y de esta manera también la mercancía adquiere su forma social. Por otra parte, al crear estos satisfactores se transforman las materias que obtenemos de la naturaleza para hacerlas útiles. Entones, el carácter místico de las mercancías no proviene de su valor de uso. 

El carácter místico, entonces, está ligado al valor de los productos. Dicho valor se adquiere por la duración y la fuerza de trabajo contenido en ellos; debido a esto, lo fabricado se convierte en mercancía, cosas que se pueden o no percibir, en cosas sociales pero que no tienen nada que ver con su naturaleza física. Así que dicha relación social es causa de la forma fantástica de la mercancía. Tal es el fetichismo adherido a los productos de trabajo cuando se nos presentan como mercancías y que es inseparable del modo de producción capitalista.

Los objetos que representan un satisfactor de necesidad son producto del trabajo privado de los productores, que después entran socialmente en contacto por el intercambio de sus productos y sólo mediante este proceso se afirma el carácter social de las mercancías. Este carácter social, tiene dos sentidos: primero, que satisface las necesidades sociales, es decir, son útiles a los demás y en segundo lugar, representan también un satisfactor para el mismo productor, pues su trabajo privado es intercambiable por algo que para él será útil. De esta forma, al hacer el intercambio de productos diferentes, establecen que sus trabajos distintos son iguales. Lo más importante de dicho intercambio de mercancías es saber cuánto obtendrán a cambio de sus productos, esto es, la proporción en que se intercambian entre sí.

El valor de un producto del trabajo sólo puede ser resaltado cuando se determinan como cantidades de valor, es decir, el análisis de precio de las mercancías que condujo a la fijación del dinero como el equivalente universal. No obstante, el dinero no pone de manifiesto las relaciones sociales de los productos, sino que no les toma importancia y trata de oscurecerlos. 

Finalmente, el valor de uso es precedente al valor de cambio, porque el valor útil de las cosas es independiente del intercambio, solo se necesita la relación del hombre con la cosa. Por el contrario, el valor de cambio requiere forzosamente del intercambio, es decir, de una relación social.

2 comentarios:

  1. Si toda mercancía tiene un valor relativo, no será que pueda ser también un equivalente universal, o en qué medida se podría ver al dinero no como única mercancía universal y equivalente. Y entonces preguntarnos podría existir una mercancía que sustituye o sea equivalente a la mercancía del dinero.

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  2. El dinero no se refiere al papel moneda o monedas, sino a esa mercancía que se utiliza para el intercambio de mercancías. Tu dinero podrá ser cacao, puercos u oro, esa mercancía universal es el dinero.

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